Psicología. Sesgos y prejuicios cognitivos
	
	
	
 
	Psicología. Sesgos y prejuicios cognitivos. Parte 3.
	 
	
	
Texto:
	
	http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Sesgos_cognitivos   
	
	- Efecto contraste:
 Es el realce o reducción de una cualidad o medida 
	de un objeto cuando la comparamos con otros observados recientemente.
	
	- Efecto foco:
 Desviación de la predicción del resultado; ocurre cuando 
	las personas sitúan mucha más importancia en un determinado punto o aspecto 
	de un evento.
	
	
	
Por ejemplo, si se pregunta primero ¿En qué medida estás satisfecho con tu vida en general?” y después “¿Cuántas citas tuviste el mes pasado?”, la mayoría de los sujetos no relacionan las citas con su satisfacción. Sin embargo, si las preguntas se hacen en orden inverso, la mayoría focaliza o se centra en el número de citas, con lo que su satisfacción (respuesta a la segunda pregunta) dependererá del número de estas. Este sesgo demuestra lo voluble y manipulable que es nuestro juicio. Deformación profesional: Es la tendencia a mirar las cosas de acuerdo con las convenciones o prisma de nuestra propia profesión, olvidando cualquier otro punto de vista más amplio.
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	- Efecto de cesión:
 Es la tendencia de las personas a dar más valor a 
	algo tan pronto como lo poseen.
	
	- Defensa de status:
 Es la tendencia de los individuos, cuando éstos se 
	sienten amenazados o en evidencia a no pararse a razonar, atender y 
	reconocer los razonamientos de la contra. Es decir, cuando el individuo se 
	considera con cierto status, éste tenderá a negar y a defenderse de 
	cualquier comentario que le contradiga incluso recurriendo al autoengaño. 
	Algunos autores indican que este comportamiento también puede ser aprendido 
	o potenciado llegando a la negación. Este comportamiento está relacionado 
	con la aversión a la pérdida.
	
	- Negación de la probabilidad:
 Es la tendencia a rechazar completamente 
	cualquier probabilidad cuando se realiza la decisión bajo incertidumbre.
	
	- Efecto laguna de exposición:
 Tendencia de las personas a expresar 
	apetencias por cosas simplemente porque éstas les son familiares.
	
	
	
Este prejuicio aprovecha nuestra familiaridad con ciertos asuntos, personas y cosas. El efecto laguna de exposición es lo que lleva muchas personas a dejarse engañar por estafas relacionadas a eventos, como e-mails que solicitan donaciones tras un desastre natural. Nuestra exposición al informativo del evento aumenta nuestra probabilidad de creer que el email es legítimo.
Texto: http://comunidad.dragonjar.org/archive/t-6301.html
	
	
	- Prejuicio por omisión:
 Tendencia a juzgar acciones perjudiciales, 
	lesivas o dañinas como peores, o menos morales, que omisiones de acción, 
	igualmente dañinas.
	
	- Prejuicio o sesgo por resultados:
 Tendencia a juzgar una decisión por 
	su resultado final, en lugar de juzgarla por la calidad o acierto de la 
	decisión, cuando fue realizada.
	
	- Falacia de planificación:
 Tendencia a desestimar o infravalorar los 
	tiempos de finalización de las tareas.
	
	- Efecto de pseudocerteza:
 Tendencia a hacer elecciones adversas y de 
	riesgo si los resultados esperados son positivos, porque realizando búsqueda 
	de las elecciones de riesgo se tiene la preconcepción de evitar resultados 
	negativos o no tan favorables.
	
	- Tendencia de riesgo cero:
 Preferencia por reducir un pequeño riesgo 
	hasta cero, en vez de reducir de manera considerable un gran riesgo.
	
	- Prejuicio de statu quo o defensa del Statu quo:
 Tendencia de algunas 
	personas a valorar o apreciar en mayor medida las cosas que permanecen 
	estables.
	
	- Efecto de Von Restorff:
 Tendencia de un individuo a situarse en un 
	modo de queja continua, para que sea recordado más y mejor que el resto. En 
	general, dice que un elemento que destaca o rompe la norma será más 
	recordado que otros elementos.
	
	- Efecto keinshorm:
 Predisposición a contradecir las ideas o 
	formulaciones que otra persona juzga, con la cual no simpatiza.
	
	- Teoría de la identidad social:
 Los individuos tienden a anteponer la 
	importancia de pertenencia a un grupo frente a los argumentos sólidos. 
	
	Las personas adoptan juicios erróneos o falsos solo para permanecer dentro 
	del grupo. El grupo puede llegar a influenciar en la conducta de una 
	persona. Además en la masa el efecto dominó es mayor debido a que, una vez 
	iniciado, la masa es ciega y estólida. La mayoría de los actos de barbarie 
	se llevan a cabo con más facilidad si se perpetran en el mare mágnum de un 
	grupo. Un experimento llevado a cabo entre niños de 11 años de edad en un 
	parque público de Oklahoma, demostró lo sencillo que es inducir a la gente a 
	pertenecer a un grupo concreto y a formarse ideas hostiles o prejuicios 
	hacia los que no formen parte de ese mismo grupo. El fútbol podría 
	adscribirse a esta dinámica. La película La Ola incide en el asunto, desde 
	otro punto de vista: un profesor en Alemania instituye un régimen de extrema 
	disciplina en su clase, restringiéndoles sus libertades y haciéndoles formar 
	en unidad.
	
	- Poder corrupto:
 Existe una tendencia demostrada en la que los 
	individuos con poder son fácilmente corrompibles cuando se sienten con plena 
	libertad y sin restricciones. Este sentimiento se ve incrementado si el 
	individuo se ve reforzado con un sentimiento de respaldo moral, se siente 
	atacado o tiende a otros prejuicios que le ayudan a justificarse. El 
	Experimento de la cárcel de Stanford se realizó en una cárcel ficticia en el 
	sótano de la Universidad y se dividió a los voluntarios aleatoriamente entre 
	agentes y prisioneros. Los situados en el grupo de agentes interiorizaron el 
	poder y realizaron fuertes abusos a los prisioneros. Popularmente quizá esta 
	idea ha cuajado con el llamado “síndrome del portero de discoteca”.
	
	- Obediencia a la autoridad:
 Es la tendencia a seguir el liderazgo o 
	figura de autoridad en un grupo o de una fuerte autoridad (capacidad 
	evolutiva), independientemente de los fuertes argumentos racionales que se 
	tengan en contra. El individuo puede admirar, temer, autoengañarse o 
	simplemente acatar las normas por el mero hecho de cumplimiento del deber, 
	es decir, tiene una propensión o tendencia a hacerlo. También denominada 
	capacidad humana para la crueldad. Si una autoridad nos permite violar la 
	ley e incluso traspasar la frontera de nuestra moralidad, sentimos 
	propensión a hacerlo, tal y como intentó demostrar el experimento de Milgram 
	en 1963. Existe también en la otra vertiente denominada prejuicios de amor 
	propio o egoísmo lógico, que hace que se desprecie el juicio de los demás, 
	como criterio superfluo. Estos prejuicios son opuestos a los de la 
	autoridad, puesto que consisten en una cierta predilección por lo que es un 
	producto de nuestro propio entendimiento, por ejemplo, por un sistema que 
	nos pertenece. Lo que se hace es basar las propias decisiones no en 
	argumentos fuertes que las soporten, sino en el origen o fuente de la 
	proposición.
	
	- Sesgo de la responsabilidad externa:
 El ser humano tiene tendencia a 
	disfrutar, a sentirse reforzado y en calma cuando toma consciencia de que no 
	es responsable de sus actos. Aunque pudiera parecer extraordinario, la 
	consciencia de los individuos tiende a depositar las decisiones en agentes 
	externos. Esta tendencia se debe a aspectos evolutivos. Algunos autores 
	argumentan que este comportamiento se debe a que las consciencias que 
	permiten ser dominadas por un ente considerado superior, sobreviven y las 
	que no lo permiten desaparecen. La capacidad para parecer superior y no 
	controlable por los demás no es otra que la capacidad para ser líder, 
	incluso si éste toma malas decisiones o es un mal gestor. La capacidad para 
	ser líder puede haber sido motivada por una aversión a la pérdida de 
	control. Un líder será fuerte en cuanto, independientemente de los 
	argumentos, sea valorado como más fuerte o superior. Para ello la 
	manipulación, empequeñecimiento continuo de los subordinados, rituales de 
	poder e incluso la fuerza es el mecanismo de defensa para ser considerado 
	superior.
	
	Estos comportamientos se encuentran en los comportamientos evolutivos 
	heredados de las asociaciones en manadas, luego tribales y más tarde en 
	organismos de poder. Aquellos que no fueran capaces de derrocar al líder o 
	estamento de poder deberían estar con él. Por otro lado, las probabilidades 
	de supervivencia fuera del grupo son reducidas. Esto lleva a pensar que la 
	consciencia ha evolucionado para crear un mecanismo que facilite la 
	asimilación y permanencia agradable con los líderes, entregando y 
	facilitando la propia voluntad. Asimismo, los líderes han sido premiados 
	evolutivamente aunque en menor medida numérica, sobre todo en las 
	agrupaciones pequeñas; más tarde, los rasgos personales de líder han sido 
	substituidos por rituales y organismos de control que aseguran los cargos 
	vitalicios. Esta tendencia humana se observa en otros sesgos como el de 
	Obediencia a la autoridad, también en muchos aspectos documentados en los 
	que una persona elige libremente el estado de esclavitud (véase también 
	Síndrome de Estocolmo o la frase española "¡Vivan las cadenas!"). En otros 
	casos, los individuos rechazan la libre elección y ponen voluntariamente en 
	manos de otros su libertad o poder de decisición democrático favoreciendo 
	dictaduras. 
	
	Otras veces, es respaldada solo si la dictadura demuestra fortaleza o dotes 
	de liderazgo aunque otras razones más fuertes la contradigan. También se 
	observa en el placer que experimentan algunos individuos al entregarse 
	completamente a otra persona, ya sea su pareja en el amor, o en versiones 
	extremas en masoquismo. Todas estas actividades son de extrema importancia 
	para la evolución. Asimismo, la religión es otra variante en la que los 
	humanos encontramos paz, al entregar nuestras responsabilidades y destinos a 
	un ser siempre considerado supremo. Otros autores indican que un exceso de 
	libertad de elección provoca un estrés en el individuo debido a la 
	diferencia entre las expectativas de resultados que el individuo deposita en 
	las ventajas de la libre elección y los resultados obtenidos. Objetivamente, 
	los resultados de la libre elección son mejores y más afinados que sin la 
	elección; sin embargo esto es obviado. Esto es así debido a que la libre 
	elección crea, cuando los resultados son recordados, un sentimiento de culpa 
	autoinfligida por la tendencia de poner unas mayores expectativas cuando 
	existe libre elección. Sin libertad de elección, el individuo se libera de 
	culparse y de la responsabilidad incluso cuando los resultados fueron 
	menores a los esperados. Estos dos factores, sesgo en las expectativas y 
	selección de pertenencia al grupo, explican por qué independientemente del 
	lugar en el que nos encontremos todas las comunidades poseen figuras líder, 
	y es porque la evolución ha propiciado una consciencia que alimenta y 
	gratifica positivamente la sumisión a este.
	
	- Efecto de sobrejustificación:
 Ocurre cuando un incentivo externo, 
	como el dinero o los premios, reduce la motivación intrínseca a la hora de 
	realizar una tarea. De acuerdo con la teoría de la propia percepción, los 
	individuos prestan mayor atención al incentivo y menor atención a la 
	satisfacción y diversión que se recibe de realizar una actividad. El efecto 
	final es un cambio o desplazamiento de la motivación a factores extrínsecos 
	socavando los preexistentes motivadores intrínsecos. Es decir, se trata de 
	una motivación condicionada que puede desaparecer al eliminar o cambiar el 
	estímulo. Este fenómeno se puede dar en la educación de cualquier 
	disciplina. Este efecto provoca controversia porque pone a prueba los 
	hallazgos previos sobre teorías de refuerzo y también la aceptada forma de 
	incentivo en las aulas. Algunos autores incluso argumentan que la religión, 
	cuando decide premiar y penalizar los buenos y malos comportamientos, socava 
	de esta manera las verdaderas motivaciones intrínsecas de las personas.
	
	- Efecto de percepción ambiental:
 Se ha demostrado que el ambiente 
	produce una gran influencia en el comportamiento de los individuos. Más allá 
	de los genes, educación, un individuo varía su comportamiento en función de 
	cómo percibe su entorno. En un ambiente de caos, deterioro y suciedad, las 
	personas tienden a ser más incívicas, más caóticas y también a cometer más 
	acciones vandálicas o incluso delictivas. Es más importante arreglar con 
	premura el entorno, reprender con premura y continuadamente que una mayor 
	fuerza o dureza de las leyes. Existen varios experimentos que han mostrado 
	dicha correlación.
	
	
El experimento de la cárcel de Stanford de Philip Zimbardo hizo que un ambiente estresante provocara, en gente pacífica y educada, un comportamiento violento.
En un experimento diseñado por Hugo Harsthorne y Mark A. May, en la década de 1920 en Nueva York, se sometió a 11.000 estudiantes entre 8 y 16 años a test para medir el grado de honestidad. Se les dio un libro con las soluciones y se les dijo que no las miraran. Lo sorprendente fue que no hallaron pautas fijas ni grupos coherentes. Se volvió a repetir el experimento con los mismos estudiantes, cambiando variables, y de nuevo no hubo pautas. Se observó que cambiaron tanto los tramposos, como las condiciones en las que hicieron trampa. Concluyeron que la honestidad no está unificada. Con frecuencia, una persona puede ser honesta en una situación determinada y no serla en otra situación dependiendo del entorno, las personas tratadas, etc.
Existen individuos independientemente de su etnia y cultura, que en su país se comportan cívicamente, en otros ambientes más permisivos o caóticos cambian radicalmente o regularmente. Ej.: Algunos turistas se permiten realizar comportamientos que nunca harían en su país a pesar de conocer que son perjudiciales e igualmente prohibidos en los países de acogida.
En 1980 la ciudad de Nueva York era una de las ciudades más inseguras. En lugar de incrementar la dureza de las leyes o la dureza policial, se organizó un potente efectivo de limpieza. Los grafitis no duraban más de una hora, los cristales y arañazos eran arreglados rápidamente. El metro empezó a dar una cara más amable a pesar de los actos vandálicos, que con el tiempo empezaron a disminuir. La dureza penal y la vigilancia policial no se incrementaron. Nueva York pasó a ser una de las ciudades más seguras. Se vio, por tanto, una coherencia entre estos factores que apuntan a dicha causalidad, aunque otros factores no pueden ser desestimados.
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