Las 8 claves que delatan a charlatanes, vendeburros y otros embaucadores.

Creado: 29/11/2012 | Modificado: 7/5/2013 8902 visitas | Ver todas Añadir comentario



Las 8 claves que delatan a charlatanes, vendeburros y otros embaucadores.

Texto: http://manuelgross.bligoo.com/20120824-las-8-claves-que-delatan-a-charlatanes-vendeburros-y-otros-embaucadores


De profesionales del humo, encantadores, vendeburros y otros embaucadores.
Por Isidro Tenorio.

Charlatán es el que habla mucho y sin sentido. Charlatán el que habla sin discreción. Charlatán es ese vendedor ambulante que anuncia su mercancía a gritos. Pero el charlatán al que dedico hoy este artículo, mi charlatán “favorito”, es el embaucador profesional e iluminado del Social Media.

Embaucadores los hay desde el inicio de los tiempos. Los hay que tienen poderes mentales y pensamientos mágicos; otros tienen capacidades paranormales, adivinadoras o están poseídos; la mayoría gozan de una clarividencia que les permite ver “más allá”. Incluso a veces, ver aquello que es obvio, pero de una forma especial.

No, no hablo de las madres, que son un poco “Desde-que-te-parí-y-hasta-tu-último-día-sé-exáctamente-lo-que-te-conviene”, sino de aquellos profesionales, creo que no hay más remedio que reconocerlos como tales, que son capaces de convencer a muchos de que únicamente ellos están en posesión de la Verdad Absoluta. Y como ésta es toda su actividad para ganarse la vida y se la ganan, pues eso, profesionales.

Y no hablo de gurús, que se ganan “honradamente” el sustento, sino de aquellos advenedizos, atrevidos intrusos, que se lanzan a ver si tienen suerte, sin preparación, sin conocimiento y/o sin capacidad, pero dotados de una firme convicción. Claro que se amparan en un desconocimiento generalizado y una profusa emisión de opiniones en casi todas las direcciones posibles, lo que evidentemente es bastante desconcertante para los clientes que están ahí afuera…

Así que, en el fondo, son unos” agentes” más, pero que en vez de emitir opiniones, dictan juicios de valor, postulados y axiomas sobre algo que desconocen totalmente, convencidos, casi correctamente, que si lo dicen serios y firmes, los demás lo aceptarán.

Así que primero tuvimos “Soy-el-único-intermediario-reconocido-entre-dios-y-los-hombres”, “No-te-conozco-pero-voy-a-contarte-tu-destino”, luego llegaron los de “Da-igual-a-quien-votes-que-trincaremos-los-mismos”, pasando por los de “Mira-por-dónde-yo-sí-sé-en-qué-gastarme-la-pasta-que-ingresaste”.

Pues ahora, de los mismos y aclamados guionistas, llegan los “Nací-community-manager-y-el-socialmedia-no-tiene-secretos-para-mi” y los de “Sólo-si-sigues-mis-instrucciones-venderás-mucho-en-redes-sociales”. Claro que, quizá deberían preceder lo anterior de un “Mírame-fijamente-a-los-ojos-y-siente-cómo-te-vas-durmiendo”. Al final, toda esa presión produce en los clientes una pareidolia, como cuando una mancha en la pared, a fuerza de mirarla, finalmente es la viva imagen de una ex novia que tuvimos en el cole…

Y es evidente que esto provoca un montón de problemas, especialmente a los clientes que optan, probablemente por desconocimiento y ausencia de análisis, por esta peligrosa clase de “vendeburros”. No sólo es la mala imagen que estos (malos) profesionales dan del sector y la mala reputación en la que nos incluyen a los demás, sino las chapuzas en las que intervienen y sus acciones incorrectas, indebidas o, incluso, poco éticas o inmorales (antes “Black-Hat”, ahora “Run-for-your-lives!”).

Así que, todavía peor, luego cuesta meses, si no años, recuperar la imagen del cliente. No pretendo desarrollar un manual contra pensamientos mágicos, detectives psíquicos, poderes mentales, embustes paranormales, falsos profetas ni otras fantasías perjudiciales, pero, ¿cómo puedes reconocer a estos “falsos profetas” y malos profesionales? En el siguiente post te presentaré bastantes pistas.


Segunda Parte

En el anterior artículo hablaba de lo perjudicial que era para nuestro sector, igual que para cualquier otro, la ausencia de profesionalidad provocada por la falta de escrúpulos y formación de algunos “proveedores”, junto con la desinformación de muchos clientes.

Intentando aportar algunas gotas de claridad, adjunto una serie de puntos que, si bien individualmente no serían preocupantes, al coincidir varios, son claros y serios indicadores de que el proveedor no nos aportará lo que creíamos y esperábamos. Y tampoco se trata de una lista exhaustiva, sino de una serie de actitudes que nosotros mismos hemos observado y que, por desgracia, también algunos clientes nos han señalado entre nuestra competencia.


Estos artistas de “circo de pulgas”, de los que deberías apartarte:

1. Tienen una página web estándar.

Tienen una página web en una plataforma gratuita, hecha con un asistente estándar. El diseño es anticuado y nada atractivo. No realizan ningún tipo de SEO en su propia página web. Los textos de la web y/o blog contienen errores y faltas graves y continuas de ortografía, emplean una mala redacción y/o los textos son extrañas traducciones al castellano. No es lógico que una empresa mínimamente tecnológica utilice estas plataformas básicas que no pueden controlarse, como los generadores gratuitos que se ofrecen en servidores compartidos de gran consumo, por otra parte perfectos para clientes finales sin más necesidades… Y si ofreces algún servicio de marketing online, lo lógico es que su web sea “aparente”… y esté optimizada para motores de búsqueda!


2. No tienen casos ni clientes conocidos.

No presentan casos de éxito de sus clientes, éstos son totalmente desconocidos o ni siquiera se mencionan. Deberían poderte presentar ejemplos de su actividad que puedas contrastar y que te parezcan razonables. Tampoco hablan en ningún sitio de quiénes son, o sólo hablan de una conocida figura, “master del universo”, que regenta la compañía. No parece que haya un equipo detrás. Buscas y revisas el perfil en Linkedin del “fundador”. Vaya, no tiene o no da referencias de lo que hizo hace 2 años y tampoco tiene recomendaciones creíbles de clientes… De hecho, hace sólo unos meses que ha empezado en su blog, en su cuenta de Twitter, en su cuenta de Facebook… o tiene cuatro artículos en su blog y el último es de hace dos años…


3. No tienen una experticidad comprobable.


Afirman que son expertos en Marketing Online, pero sólo lo pueden demostrar diciendo que tienen muchos seguidores en Twitter o Facebook. Pero si ésta es la única prueba que aportan, deberías sospechar que quizá no sean tan expertos como dicen, el marketing online es mucho más que redes sociales. Por otro lado, si tienen pocos fans en [su página profesional o corporativa de] Facebook, y menos seguidores en [su perfil profesional o corporativo de] Twitter… quizá tampoco tengan tanta experiencia…


4. Tienen una actitud de superioridad.


Te dicen que el email está obsoleto, que el SEO ha muerto, que Google Places no sirve para nada o afirmaciones tajantes similares, diciendo que hoy sólo funcionan las Redes Sociales. Actúan con prepotencia, una actitud soberbia (o idiota), de superioridad manifiesta. Te aseguran que NO necesitan de tu implicación, que ellos se bastan y se sobran para llevar el proyecto adelante. Si no conocen tu sector o no tienen interés en el mismo o, simplemente, si no pueden identificarse contigo… será muy complicado que trasmitan las ideas correctas sobre tu negocio. Pero claro, su actividad es mágica y los resultados increíbles… pues eso.


5. No piden la participación de los clientes.


Se centran exclusivamente en Redes Sociales, hacen mucho hincapié en concursos y sorteos de Facebook… pero no te hablan de definir estrategias contigo, ni necesitan que participes en el desarrollo y aplicación de tácticas, ni te dicen cómo te informarán de los resultados de cada acción.


6. Eluden hablar de los resultados obtenibles.


No te preguntan qué esperas conseguir, ni cuáles son tus objetivos, no te piden aclaraciones para entender perfectamente tu empresa, tus productos o servicios. No hay ninguna correlación clara entre las tácticas propuestas y tus objetivos. Nunca dicen cómo se medirá el éxito de sus acciones o te proponen objetivos irrelevantes, inalcanzables o incomprensibles. Rehúyen hablar específicamente de qué parámetros se medirán y/o de cómo se obtendrá un Retorno de Inversión y de sus detalles. Tampoco sugieren empezar por el desarrollo de un Plan de Marketing personalizado y ajustado a tus necesidades, ni te ofrecen informes periódicos en los que se recoja el trabajo realizado y los objetivos conseguidos. Eso sí, son encantadores.


7. Ocupan una jerga confusa.


En general, insisten y abusan de temas y términos técnicos que escapan a tu entendimiento, diciéndote que es muy complicado. O utilizan frases huecas, sin significado claro. Si tú eres capaz de explicar a tus clientes en qué consiste tu trabajo y tu producto/servicio, cualquier profesional debería poderlo hacer. Antes de tomar una decisión, deberías entender qué te proponen, qué conseguirás con ello y qué te costará!


8. Ofrecen precios irrazonables.


Finalmente te ofrecen llevarte “todo” por 99 € al mes (o menos)… o por 4.900 €, pero no está definido qué plan de acción tienen ni cómo te van a informar de los resultados. Y todavía es peor si te dicen que tienen el mejor precio porque van a poner a un becario para llevar tu cuenta. Por barato que parezca, si la lleva un becario y comente un error, te puede salir mucho más caro!

Si te encuentras con algún proveedor o agencia que cumpla varios de estos puntos, seguramente es nuevo, tiene poca experiencia… o quiere aprovecharse. Mi consejo es que te alejes lo máximo posible o tendrás problemas de verdad… aunque seguramente tu sentido común ya te estará alertando de esto…



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